"Trabajador migrante" se ha convertido en una palabra que contiene muchos problemas sociales, desigualdad, discriminación y otros significados complejos, y también se ha convertido en un símbolo de las personas que se encuentran en la base de la sociedad.
Por un lado, representan la pobreza, la ignorancia y el atraso en la sociedad civilizada moderna. Por otro lado, la modernización es indispensable sin su participación. Estos son dos lados opuestos de la contradicción.
Este libro "La historia de dejar Liangzhuang" está escrito por el escritor Liang Hong, quien visitó más de 10 provincias y ciudades y más de 400 trabajadores inmigrantes, grabó entrevistas y recopiló 2 millones de palabras de gráficos y materiales de texto.
Este libro cuenta principalmente las diferentes experiencias de vida de quienes viven fuera del grupo en Liangzhuang. A través de sus respectivas dificultades y dolores de vida, podemos ver los problemas de los niños abandonados, la corrupción de los cuadros rurales y. los esquemas piramidales, la dignidad y la falta de identidad de los trabajadores inmigrantes, etc.
El autor utiliza delicadas descripciones para llevarnos a observar y experimentar las diferencias entre los diferentes grupos de la sociedad, abriéndonos otra perspectiva.
Vemos grupos desfavorecidos actuando tontamente ante la injusticia. Por ejemplo: ante la explotación de los patrones coreanos, los trabajadores en Qingdao temían perder sus empleos y no se atrevían a defender abiertamente la justicia, por lo que secretamente robaron suministros de fábrica. Los guardias de seguridad de mi ciudad natal simplemente fingieron no verlo.
También son indiferentes a las cosas que no tienen nada que ver con ellos. Por ejemplo: La esposa de un conductor de triciclo en un condado ha desaparecido, pero el conductor de triciclo en otro condado se muestra indiferente porque no la conoce, e ignora el asunto porque no le concierne.
El mal carácter de estos agricultores egoístas y de mente estrecha queda plenamente demostrado.
Al mismo tiempo, la relación entre los trabajadores inmigrantes y los residentes locales también es muy delicada. La gente de las ciudades no puede prescindir de los servicios diarios que prestan, y los trabajadores migrantes necesitan intercambiar su trabajo por el dinero y los materiales necesarios para la vida. Los dos son interdependientes, pero no pueden aceptarse plenamente y, a veces, incluso son antagónicos.
Entonces, ¿cómo debemos tratar a esos grupos vulnerables? ¿Cómo resolver las contradicciones? Éstas son preguntas en las que debemos pensar.