El gasto de capital se puede subdividir en "gasto de capital de mantenimiento" y "gasto de capital de crecimiento". El primero se refiere al gasto de capital necesario para permitir que los activos existentes mantengan el nivel actual de producción y operación de la empresa, mientras que el segundo se utiliza principalmente para comprar nuevos activos o ampliar la escala de los activos existentes.
Para entenderlo de forma sencilla, puedes imaginar una piscina con flujo de salida y entrada. La salida representa una depreciación. Si el nivel del agua en la piscina permanece constante, la intrusión de agua puede considerarse un gasto de capital de mantenimiento. Si los niveles de agua aumentan, la entrada adicional es gasto de capital de crecimiento.
El impacto de los gastos de capital y la depreciación en el flujo de efectivo corporativo: inicialmente, debido a que los gastos de capital consumen una gran cantidad de fondos, el flujo de efectivo será menor que la ganancia neta a medida que la empresa opere, el flujo de efectivo se deberá; a la depreciación de los gastos no monetarios y superior al beneficio neto.