Los niños se adaptan al entorno principalmente a través de la comunicación. Las emociones se socializan cada vez más después del nacimiento de un niño. Hasta la infancia, las emociones siguen siendo una herramienta de adaptación al entorno, es decir, una herramienta de comunicación.
La comprensión que los adultos tienen de un recién nacido depende casi por completo de sus expresiones y movimientos faciales. Antes de que los niños dominen un idioma, utilizan principalmente la expresión como herramienta de comunicación. En la primera infancia, las expresiones siguen siendo una herramienta de comunicación tan importante como el lenguaje. Los niños a menudo usan expresiones en lugar de palabras para responder las preguntas de los adultos, o usan expresiones para ayudar en sus expresiones lingüísticas.
La reproducción de las expresiones emocionales precede a las expresiones verbales. Los bebés y niños pequeños expresan principalmente las emociones a través de expresiones faciales y actividades corporales, es decir, movimientos y actividades del cuerpo y de las extremidades. Después de que ocurre el habla, las emociones se expresan a través de actividades del habla y expresiones faciales.
Como herramienta para el intercambio de información, las emociones son contagiosas. En la infancia, el contagio emocional es particularmente prominente.
Para los bebés, el contagio emocional suele ser más importante que el lenguaje. La razón por la que las emociones pueden convertirse en una herramienta de comunicación es que tienen una función de señalización y pueden proporcionar intercambio de información a los demás. Las emociones a menudo no son expresiones unidireccionales, sino que en su mayoría tienen alguien con quien comunicarse.