La conciencia es producto de la evolución a largo plazo de la naturaleza y producto del trabajo social.
Primero es el trabajo, y luego el lenguaje y el trabajo juntos se convierten en la fuerza decisiva de la conciencia.
Tras el surgimiento de la conciencia, su desarrollo depende no sólo de las condiciones naturales y sociales, sino también de su propio autodesarrollo y perfección.
La conciencia es el producto del desarrollo del mundo material y de la sociedad. La naturaleza natural y social del origen de la conciencia prueba aún más la unidad material del mundo.