Siento que 2018 ya ha sido una gran sorpresa. Cada vez que siento que voy a morir, encuentro una nueva manera de resolver mi problema.
Por ejemplo, cuando pensé que iba a vivir una vida de barro y me daba vergüenza pedirles a mis padres que me ayudaran a vivir, la escuela me dio un subsidio. Justo cuando creo que voy a pasar cierta prueba, vuelvo a abandonar. Cuando me preocupaba que mi capacidad fuera demasiado pobre para graduarme, descubrí que estaba rodeado de personas excelentes que podían ayudarme a volar (muy bien).
Por eso, nunca pierdas la esperanza en ningún momento. Quizás después de dormir un poco descubras que esto se puede solucionar.