A todo el mundo le gusta oír cosas buenas. Una palabra de alabanza es como una brisa primaveral que calienta el corazón, bebe néctar, nutre la lengua, te transporta a un país de hadas y te embriaga en sueños. El mundo necesita ser elogiado, hay grandes ríos y montañas que deben ser elogiados, y hay paisajes embriagadores que deben ser elogiados. Aprendamos a alabar y dejar que la belleza de este mundo nos rodee.
3. Creo que cada elogio es una pausa en el camino de la vida, porque la alabanza a la vida nunca parará y cada crítica es un punto y coma. Cuando te critiquen, ordena tus pensamientos y recupera tu confianza la próxima vez, y tendrás otro comienzo. La lluvia torrencial no puede detener nuestro progreso y la oscuridad opaca no puede borrar la persistencia de nuestros corazones. No importa cuán desesperada sea la vida, podemos aferrarnos a esa vid hermosa y dura.