En este caso, padres y educadores deben educar y orientar con paciencia y comprensión. Pueden ayudar a los niños a establecer hábitos adecuados para ir al baño y explicarles por qué necesitan ir al baño en el lugar correcto. Educar a los niños con anticipación sobre cómo planificar las pausas para ir al baño, como usar un baño público o encontrar un lugar adecuado, puede ayudarlos a desarrollar buenos hábitos de higiene.
Además, también es importante brindar a los niños suficientes oportunidades para usar el baño, controlar su consumo de agua potable y alentarlos a usar el baño con regularidad. Si este problema persiste o surgen otros problemas relacionados, se recomienda buscar más orientación y asesoramiento de un pediatra, especialista en educación o consejero.