1. Respetar la privacidad del niño: La habitación del niño es su espacio privado, y puede haber cosas o información que no quiera que sea. perturbado. Llamar a la puerta es una forma de mostrar respeto, decirle a tus hijos que estás aquí y respetar su espacio personal.
2. Evite asustar a los niños entrando repentinamente: Los niños pueden hacer algunas cosas importantes en la habitación, como hacer los deberes y jugar. La entrada repentina puede interrumpir su línea de pensamiento y causarles estrés. Llamar a la puerta puede evitar que esto suceda.
3. Cultivar el sentido de cortesía de los niños: llamar a la puerta es una etiqueta básica. A través de este comportamiento, se puede enseñar a los niños a respetar el espacio y el tiempo de otras personas y desarrollar su sentido de cortesía.
4. Recuerde a los niños que presten atención a la seguridad: A veces, los niños pueden olvidarse de cerrar o desbloquear la puerta, lo que puede suponer una amenaza para su seguridad. Llamar a la puerta también es una forma de recordarles a los niños que están a salvo.