Si los padres quieren dar a sus hijos una buena educación familiar, deben partir de las necesidades de los niños y hacer un plan hasta el objetivo final de la educación.
Primero, disfruta de la vida.
Disfrutar de la vida es el objetivo final de la educación. Para establecer conceptos correctos para los niños, la mejor recompensa para los padres no es obtener puntuaciones altas, sino vivir una buena vida. El aprendizaje es sólo una parte de la vida, no la totalidad de la vida.
En segundo lugar, lee los clásicos.
Leer clásicos es la clave para aprender bien el chino y una forma importante de entender la vida. Por lo tanto, los padres deben cultivar el espíritu lector de sus hijos y permitirles desarrollar buenos hábitos de lectura para que sus hijos puedan alcanzar más de un nivel en el examen. También puede cultivar el talento literario de los niños. Se trata de un tipo de influencia cultural que permite a los niños integrarse inconscientemente en el mundo de los lectores.
En tercer lugar, hidrata las cosas de forma silenciosa.
Todo niño pasará por un período de rebelión, lo cual es comprensible, pero ante el período de rebelión de sus hijos, los padres no deben desahogar sus emociones e insatisfacción a voluntad. Debemos comprender al niño en función de su estado de ánimo y la raíz de su estado de ánimo, respetar sus opiniones, en lugar de forzar la asignación.
En cuarto lugar, entrenar la independencia.
Cultivar el sentido de independencia de los niños desde una edad temprana. Después de todo, todavía es imposible vivir bajo la protección de sus padres toda su vida y respetar sus elecciones. Esto es lo más importante que deben hacer los padres. Lo que deben hacer es no dejar que sus hijos toquen la línea roja. Mientras sus decisiones sean razonables, los padres no deberían juzgar a sus hijos indiscriminadamente. Las decisiones de los niños también merecen respeto. De esta manera, podemos cultivar las elecciones independientes de los niños, cultivar la conciencia de autonomía de los niños, respetar a sus padres en el camino y permitir que los niños crezcan gradualmente, aprendan a no escapar cuando se encuentren con cosas, aprendan a pensar y se conviertan en una persona independiente. .
Quinto, sobre el descuido.
Muchos niños tienen este problema desde pequeños. Hágales saber a sus hijos que el descuido es un signo de poca capacidad y que ser poco confiable y prometedor no es una excusa para sus bajos puntajes en los exámenes. El cuidado y la calma son habilidades necesarias. Es comprensible perder puntos ocasionalmente durante el estudio, pero si pierdes más de dos puntos, significa falta de habilidad. Cuando surge este tema, los padres deben aceptar a sus hijos, comunicarse con ellos y concienciarlos de la importancia de este asunto.
En sexto lugar, cultivar las capacidades de los niños.
A los niños se les debe dar suficiente espacio y opciones bajo el control de los padres. Por ejemplo, si todavía quieren hacer algo por sí mismos, déjeles que lo hagan ellos mismos. Si le enseñas ciegamente, lo comprendes y lo educas de una manera que odia, puede resultar contraproducente. Por ejemplo, si un niño hace esto, es posible que al final solo le queden 30 puntos. Si sus padres lo ayudan, puede que obtenga 90 puntos, pero por otro lado, esos 90 puntos siempre serán de sus padres. Incluso si un niño obtiene 30 puntos en la prueba, sigue siendo el resultado de sus propios esfuerzos. Si hay una próxima vez, podría hacerlo mejor de lo que sus padres imaginaban. Dar oportunidades a los niños y animarlos es una forma indispensable para que los padres eduquen a sus hijos.
El séptimo punto, niños con sentido común, apoya la confianza en uno mismo y protege la autoestima.
Los padres chinos suelen tener este tipo de malentendidos a la hora de educar a sus hijos. No prestan atención a descubrir las fortalezas de los niños, sino que enfatizan demasiado sus defectos. Esto requiere que los padres analicen los errores de sus hijos de manera realista, no ajusten viejas cuentas, enfrenten los problemas activamente, no impongan emociones negativas excesivas a sus hijos, fortalezcan la confianza en sí mismos de sus hijos y protejan su autoestima.
Solo haciendo los puntos anteriores podremos tener la mejor educación familiar posible. Sólo así los niños podrán crecer sanos y felices.