En primer lugar, una persona que entiende chino vive en un entorno de habla inglesa. Puede apreciar las palabras y el uso en inglés gracias a la práctica e intercambiar palabras comunes entre inglés y chino, lo que se convierte en traducción. Por supuesto, es un proceso paso a paso, desde sustantivos concretos hasta sustantivos abstractos, desde términos simples y cotidianos hasta un pensamiento profundo y complejo.
La segunda situación es cuando los niños están expuestos al balbuceo en chino e inglés al mismo tiempo. Pueden absorber dos idiomas nativos al mismo tiempo y, cuando sus habilidades de expresión lingüística maduren, podrán traducirse naturalmente entre sí.