He tenido un gran sueño desde que era niño: convertirme en miembro oficial de la selección nacional de baloncesto. Pero nunca le conté a nadie sobre este sueño. Siempre hay un pensamiento infantil en mi corazón: ¡Vamos! Practica duro. ¡Sorprende a tus padres cuando seas grande! A partir de entonces el baloncesto se convirtió en mi amigo inseparable. Sin embargo, siempre me sucedieron contratiempos y fracasos...
En ese momento, yo todavía era un niño de 11 años. "Hay un aviso a continuación, ¡inscríbanse en el equipo de baloncesto y reúnanse en la cancha de baloncesto!" Cuando comenzó la transmisión, estaba tan emocionado como una persona que encuentra agua en el desierto. Porque hay otro yo entre los compañeros que van a la cancha de baloncesto. Justo cuando estaba a punto de salir por la puerta del salón de clases, varios compañeros se echaron a reír. Se rieron y dijeron: "¡Qué! ¿Con él todavía quieres unirte al equipo de baloncesto? ¡Sólo sueña!". Sus palabras fueron como una pesada piedra que pesaba sobre mi corazón. Sin embargo, la motivación que me da el baloncesto fácilmente rompió la piedra y aun así llegué a la cancha de baloncesto con firmeza...
Había alrededor de una docena de personas en la cancha de baloncesto, y mi hermano era alto y corpulento. Cuando me paré frente a ellos, sentí como si una pared me bloqueara la luz del sol. No he perdido este rayo de esperanza, pero tengo confianza y estoy preparado para afrontar el desafío. El entrenador dijo seriamente: "Cada uno de ustedes hace dos tiros libres en la línea de 2 puntos de la cancha de baloncesto. ¡Siempre que anoten 1 gol, se clasificarán para la ronda preliminar!". ¡Vi que sus expresiones estaban estables y con Con un movimiento de sus manos, la pelota fue atraída como un imán hacia la canasta... finalmente, fue mi turno. Cogí la pelota de baloncesto e hice un gesto. Con mi "hey", completé gloriosamente la tarea de la "bola de aire", y lo mismo por segunda vez... Fue como un rayo caído del cielo que golpeó mi corazón. Lo que es aún más increíble es que este corazón sigue brillando.
Este es mi sueño, un sueño aparentemente imposible. Aun así, el baloncesto todavía me motivó. Más importante aún, mi corazón nunca se rindió. Todavía escucho este sueño...