El contenido del libro ilustrado hecho por mí mismo de mi historia de lectura.

Leo el contenido de libros de cuentos e imágenes.

¡Los libros son mis buenos amigos y me acompañan a crecer!

Según mi madre, cuando tenía unos meses, mi madre me compró un librito ilustrado de colores. Cada vez que tomo una siesta o me acuesto por la noche, mi madre se sienta en la cama y se apoya en el respaldo, cruza las piernas, dejándome sentarme entre sus piernas y apoyarme en ella, leyendo conmigo. Mi madre habla y yo miro. En ese momento, me atrajeron las coloridas imágenes del libro. Mi madre decía que yo no rompía libros como los demás niños de aquella época. Mamá dijo: ¡Soy una niña a la que le encantan los libros! De esta manera, aprendí sobre los colores coloridos, varios animales y plantas, y diversas necesidades diarias del libro. Mi mamá también me contó cuentos de bebés hasta que me quedé dormido. Mi madre dijo esto y yo escuché de esta manera. Poco a poco ya no podía vivir sin los libros y los cuentos de mi madre. Hasta ahora sigo teniendo la costumbre de escuchar cuentos antes de acostarme. No puedo quedarme dormido sin escuchar historias.

Cuando tenía aproximadamente un año, fue cuando aprendí a hablar. Mi madre me encargó 100 poemas antiguos, 100 letras de canciones, 100 canciones infantiles y 3000 cuentos de juegos. En ese momento, mi madre estudiaba conmigo siempre que tenía tiempo. Cuando jugaba, mi madre me ponía cintas. Mi madre suele andar en bicicleta eléctrica, me deja sentarme delante y me lleva a jugar. Cuando íbamos por la carretera y veíamos un pájaro, cantaba con mi madre sin articular palabra. Soy un pajarito. Volé y grité. Al ver la pequeña libélula, mi madre y yo cantamos sobre la pequeña libélula, que es una especie de insecto beneficioso. En definitiva, mi madre siempre me enseñó al azar. Poco a poco puedo cantar muchas canciones, memorizar muchos poemas antiguos y contar muchas historias. El poema antiguo que más me impresionó en ese momento fue "Poema para hijos maestros": Un niño no necesita estudiar mucho, no sabe que hay oro en el libro. Si conociera a Huang Jingui en un libro, leería cinco libros más. Mientras alguien me pregunte ¿por qué me gustan los libros? Yo diría: ¡Hay oro en el libro! ¡Haz reír a todos! Por supuesto, mi madre me contará todo tipo de cuentos de hadas antes de acostarme.