Con el paso del tiempo, las formas de los patrones de danza también han cambiado, y algunas tienen composiciones realistas: la cabeza del bailarín está representada por semillas de melón invertidas, el torso es largo y esbelto, la cintura es fina, y las manos cruzadas sobre el abdomen, la falda larga toca el suelo, y algunas están compuestas con líneas geométricas. La cabeza y el cuerpo de la bailarina están representados por triángulos superpuestos, lo cual es bastante simple. El mayor cambio es que la cantidad de personajes es mayor, la disposición es más compacta y las formas de las manos ya no son visibles. Algunos bailarines no forman grupos, sino que se alinean alrededor del vientre del órgano; otros bailan en grupos de tres y se dividen en varios grupos alrededor del vientre, con composiciones muy detalladas. El número de vasijas en la cultura Siba no es muy prominente y el color interno es extremadamente raro. La mayoría de los patrones de danza que ves están pintados en el vientre de vasijas de barro.
La reaparición de los patrones de danza en la cultura Siba muestra que esta forma de expresión artística tiene una vitalidad tenaz en la antigua cultura del noroeste de China.