Los pacientes con tuberculosis deben dejar de fumar. Si continúan fumando, agravarán el daño al tejido pulmonar y dificultarán su recuperación. Debido a que las sustancias químicas del tabaco pueden destruir las vellosidades de la mucosa respiratoria y aumentar la secreción de moco, pueden causar fácilmente enfermedades infecciosas en los pulmones, como bronquitis, neumonía, etc. El tabaco contiene grandes cantidades de nicotina y otras sustancias nocivas. Fumar aumentará la carga sobre los pulmones, agravará la afección y puede provocar un suministro insuficiente de oxígeno. Los pacientes con tuberculosis ya tienen lesiones pulmonares y fumar agravará la afección.
Por lo tanto, es mejor que los pacientes dejen de fumar durante el tratamiento para evitar afectar el efecto del tratamiento. Es mejor no fumar después de la quimioterapia antituberculosa para evitar una recaída de la enfermedad.