Encantada por tu gentileza
Mírame.
Tu asombroso encanto, tu encantadora audacia.
Cuando cayó solemnemente el telón, me dijiste adiós suavemente.
¡Qué impresión tan encantadora me has dejado!
Bueno, resultó ser un sueño frágil,
sobre tu regreso al certamen,
sólo para terminar en el momento culminante... .