La mayoría de nosotros hemos hecho trampa al menos una vez en la vida, ya sea por un trabajo perdido o sin terminar, o incluso simplemente por un crédito que no merecíamos. Pero eso no está bien; de hecho, es poco ético e injusto. Atribuirse el mérito del trabajo de otras personas como propio no es el enfoque correcto. Esto demuestra una falta de responsabilidad y conocimiento. Por ejemplo, si un estudiante utiliza el examen de un compañero para hacer trampa, se está aprovechando de la calificación de otra persona. Si el profesor lo pilla, la consecuencia suele ser el fracaso.
Hacer trampa utilizando obras de otras personas es lo mismo que usar drogas para arruinar tu propia vida. Esto no sólo es innecesario y estúpido, sino que también puede empezar a volverse adictivo de muchas maneras. Si un estudiante hace trampa constantemente, puede convertirse en un hábito en el futuro. Además, nadie necesita hacer trampa. Todos tenemos cerebros a nuestra disposición y maestros, padres y compañeros para ayudarnos. Pase lo que pase, si seguimos haciendo trampa, no tendremos éxito en la vida. No hay necesidad de arruinar tu educación y tu vida haciendo trampa.
Los estafadores suelen sufrir consecuencias. En los primeros años de la escuela primaria de un estudiante, hacer trampa puede simplemente resultar en una pérdida de crédito y un viaje a la oficina del director. En la escuela secundaria, hay detenciones los sábados, suspensiones e incluso conferencias de padres y maestros. Pero en la escuela secundaria, la universidad y durante el resto de la vida, no se tolerará hacer trampa. Si un estudiante universitario cita un libro o un sitio web sin citar la fuente de la información, eso es plagio. Esta forma de atribuirse el crédito no sólo tiene consecuencias menores, sino que también puede llevarlo a la cárcel, arruinar algunos de sus registros laborales, destrozar sus relaciones con familiares y amigos y poner en peligro su futuro.
Cada día que pases por un pasillo infestado de adolescentes, habrá al menos una persona garabateando frenéticamente en una hoja de papel, tratando de hacer coincidir la hoja de papel con uno de sus compañeros. Todo esto puede suceder antes de que comience el día. ¿Por qué hacen esto? ¿Esos 10 puntos adicionales tendrán un gran impacto en mis calificaciones y me recordarán que debo hacer mi tarea en el futuro? ¡La respuesta clara es no! ¿Por qué no pueden decirles la verdad a sus profesores? Al plagiar, el tramposo no aprende nada y el profesor nunca sabrá si copió el trabajo o lo hizo él mismo.
En resumen, atribuirse el mérito del trabajo de otras personas no sólo es innecesario, sino también irrazonable. Si todos simplemente hacemos nuestro trabajo, no hay necesidad de hacer trampa. Deberíamos trabajar duro por nuestra educación en lugar de tomar atajos. Pero lo más importante es que si todos trabajamos duro y no hacemos trampa, todos viviremos una vida próspera y exitosa.