Una vez, un zorro vio un cuervo volando contra una rama con un trozo de queso en la boca. "Eso es mío, porque soy un zorro", dijo el mayor Renado, caminando hacia el árbol al pie del cerro. "Hola, mi maestro cuervo", gritó. "Qué elegante estás hoy; tus plumas iluminan tus ojos. Creo que tu voz superará a otras aves, al igual que tus fotos. Déjame escuchar, pero al comienzo de una canción me pediste que te preguntara Pájaro. El cuervo de la reina Levantó la cabeza y comenzó a hacer lo que mejor se le daba, pero en ese momento abrió la boca y un trozo de queso cayó al suelo, pero todos sus zorros estaban devorados "¿Qué hiciste?" Esto es lo que quiero. A cambio de tu queso te daré una sugerencia para el futuro. "No confíes en los zorros ni en los cuervos".
Una vez, un zorro vio a un cuervo salir volando con un trozo de queso en la boca y aterrizar en la rama de un árbol. "Eso es para mí, porque soy un zorro", dijo el mayor Renado, y caminó hasta el pie del árbol. "Hola, señora Crow", la llamó. Qué bien te ves hoy: qué brillantes están tus plumas; qué brillantes están tus ojos. Estoy seguro que tu voz superará a todas las demás aves, al igual que tu estatura; déjame oírte cantar solo una canción, para honrarte como a la reina de las aves. El cuervo levantó la cabeza y empezó a graznar, pero cuando abrió la boca, el trozo de queso cayó al suelo, pero el padre Zorro se lo llevó. "Eso será suficiente", dijo. Esto es lo que quiero. A cambio de tu queso te daré un consejo para el futuro. No creas a los aduladores