Al fin y al cabo, los menores no tenemos mucho autocontrol y es inevitable que cometamos algunos errores. Sin embargo, este rigor debería ser tolerable.
2. No queremos vivir todo el día entre palizas y regaños.
No queremos vivir una vida llena de peleas y maldiciones.
3. No quiero que nos impongas tus ideas.
También esperamos que no nos impongas tus ideas.