1. Traducción literal y traducción libre: la traducción literal se refiere a la traducción directa basada en el idioma y la estructura del texto original, y la traducción libre se refiere al uso de palabras apropiadas en el texto de destino. Se traducen expresiones basadas en el significado y el contexto del texto original. Durante el proceso de traducción, debemos adoptar estas dos estrategias de manera flexible según situaciones específicas.
2. Conversión estructural: Cuando la estructura del idioma de origen no se puede traducir directamente al idioma de destino, se necesita una estrategia de conversión estructural. Por ejemplo, cambie la voz pasiva a activa o cambie la cláusula a una oración simple.
3. Domesticación y extranjerización: La domesticación se refiere a la estrategia de traducción de ajustar la expresión del idioma de destino para ajustarse a los hábitos del idioma de origen, y la extranjerización se refiere a la estrategia de traducción de mantener la singularidad y el estilo. de la lengua de destino. Durante el proceso de traducción, debemos elegir con flexibilidad estas dos estrategias según las diferentes situaciones.
4. Detalles complementarios: a veces hay menos información en el idioma de origen y es necesario agregar detalles basados en el contexto y la información previa durante el proceso de traducción para que los lectores del idioma de destino puedan comprender mejor el significado. el texto original.
5. Eliminar información: a veces el idioma de origen contiene mucha información y parte de la información debe eliminarse durante el proceso de traducción para evitar dificultades de comprensión para los lectores del idioma de destino.
6. Conversión cultural: Cuando se trata de cultura, costumbres, etc., es necesario adoptar estrategias de conversión cultural para que los lectores del idioma de destino puedan comprender y aceptar la información.
En definitiva, la estrategia de traducción es un método y una técnica flexible que requiere diferentes estrategias según situaciones y requisitos específicos. Un buen traductor debe tener una amplia experiencia en traducción y habilidades lingüísticas para poder afrontar con flexibilidad los diversos desafíos del proceso de traducción.