Comparados con quienes tienen hijos a voluntad sin pensar en el futuro, los primeros son cien veces mejores. Los niños no son perros ni gatos y no pueden ir y venir a voluntad. Muchos niños son abandonados y regalados, y muchos niños experimentan el dolor de la ruptura familiar cuando son menores. Todo esto es causado por la irresponsabilidad de sus padres. Como adulto calificado, después de dar a luz a un niño, debemos apoyarlo y educarlo. No debemos permitir que el niño sufra daños desde la infancia, ni debemos rendirnos y aumentar la carga para la sociedad. La experiencia de felicidad de un niño no depende de la pobreza o la riqueza, sino de si puede recibir el cuidado de sus padres. Los jóvenes acaban de formar una familia y sus condiciones económicas pueden ser muy normales. Sienten que no pueden ofrecer a sus hijos un entorno de vida confortable y dudan en tener hijos. De hecho, si la relación entre la pareja es estable y sus objetivos de vida son claros, tener hijos es natural y las dificultades económicas son sólo temporales. Mientras trabajen duro, todo cambiará.
Sin embargo, el riesgo de esperar hasta que la economía mejore para tener hijos es que las condiciones económicas mejoren pero la condición física decaiga. ¡No alcanzar la mejor edad fértil es igualmente cruel para el niño! De hecho, tener hijos tiene mucho que ver con la edad de una persona y las condiciones económicas no son demasiado importantes.