Prosa sobre la germinación del frijol mungo

Hace unos días, el maestro Li dijo que algunos frijoles mungo brotarían al remojarlos en agua. ¡Yo también lo intentaré!

Ese día, después de la escuela, terminé mi tarea a toda prisa, así que cogí unos frijoles mungo de la cocina, los puse en una taza y le agregué un poco de agua. Por la noche, después de cenar, vine a ver mis pequeños frijoles mungo. Los frijoles mungo siguen siendo los mismos. El maestro Li dijo que mientras los frijoles mungo estén hinchados y suaves, se puede verter agua. Pero aun así recogí un pequeño frijol mungo del agua y lo exprimí suavemente. Todavía es difícil.

Al día siguiente me levanté muy temprano. Cuando salí al balcón, me sorprendió gratamente descubrir que los frijoles mungo estaban abultados y suaves. Rápidamente vertí el agua en la taza, dejando solo los suaves frijoles mungo. Después de lavarme, fui a la escuela tranquilo. Por la tarde, después de la escuela, fui a casa y guardé mi mochila. ¿Qué debo hacer?

¡Por supuesto que tienes que mirar mis pequeños frijoles mungo! Me acerqué de nuevo al alféizar de la ventana y lo que vi me sorprendió. No sabes qué es eso, ¿verdad? Déjame decirte que hay una cosa blanca en medio de cada frijol mungo. ¿Qué es esto? ¿A mamá se le cayó accidentalmente el papel? ¿O algo más?

El tercer día, sábado, pude disfrutar observando estas lindas judías verdes. Salí al balcón de nuevo. Vaya, mira esos pequeños frijoles mungo con sombreritos blancos. Así es, no son sombreros, ¡son brotes de frijol mungo! Mi madre, que acababa de despertarse, se acercó y me dijo: "Rocíale un poco de agua, de lo contrario se secará y no crecerá". Escuché, tomé una gota de agua de la palangana y la rocié. con cuidado, por miedo a lastimarla...

¡Vaya, qué frijoles mungo tan increíbles! ¡Quiero que vivas!