El fuerte sismo se sintió en decenas de ciudades y pueblos a lo largo de unos 2.100 kilómetros (1.300 millas) de costa, e incluso en Tokio, a cientos de kilómetros (kilómetros) del epicentro.
El primer ministro japonés, Naoto Kan, afirmó en rueda de prensa: "Este terremoto causó enormes daños en una gran zona del norte de Japón".
El terremoto provocó un tsunami de unos 23 pies (7 metros) de altura que arrasó barcos, vehículos, edificios y toneladas de escombros kilómetros tierra adentro.
Grandes barcos pesqueros y otras embarcaciones marítimas irrumpieron en la ciudad y golpearon fuertemente el paso elevado.
Las rugientes aguas fangosas arrasaron tierras de cultivo cerca de la ciudad de Sendai, arrastrando casas destruidas hacia el interior, algunas de las cuales todavía están ardiendo. Mientras tanto, la gente intentaba escapar del tsunami en sus coches.