En 1930, J. Petersong diseñó un dispositivo de autopuntuación y retroalimentación instantánea, más tarde conocido como "Chemo-Card". Si bien la junta de química y la máquina de enseñanza de Plessy despertaron el interés en las técnicas de enseñanza automatizadas, la mayoría de los educadores e investigadores no estaban preparados para adoptar esta visión progresista de la enseñanza. En 1954, B.F. Skinner publicó un artículo titulado "La sostenibilidad del aprendizaje y el arte de enseñar", proponiendo que las máquinas de enseñanza prácticas pueden resolver muchos problemas de enseñanza, lo que promovió el desarrollo del movimiento de enseñanza de programas en ese momento.
Desde finales de los años cincuenta hasta principios de los sesenta, la enseñanza de programas se desarrolló rápidamente. Las características de este período se reflejan en los dos aspectos siguientes: primero, han aparecido una tras otra varias máquinas de enseñanza, desde simples máquinas de enseñanza sin dispositivos de visualización de información hasta aquellas que pueden aprender de Una máquina de enseñanza que extrae instantáneamente información de miles de cuadros En segundo lugar, la programación se ha desarrollado ampliamente y ha logrado resultados positivos. A finales de la década de 1960, el movimiento de enseñanza de la programación comenzó a declinar.