Durante los últimos cien años, has experimentado altibajos y muchas dificultades. Se pierde mucho, pero también se gana mucho. Tu honor, tu título, tu aura: brillan intensamente y eres respetado por la sociedad y respetado por todos.
Ahora tienes el cuidado de la fiesta, el esmerado cuidado de tu esposa, la piedad filial de tus hijos y nietos, y estás disfrutando de la felicidad de una familia. Os bendigo y me alegro por vosotros.
La bendición es un ramo de flores, la bendición es un sentimiento profundo. En este momento, estoy tan emocionado y jubiloso como tú. Lo repito: Bendiciones, bendiciones, te deseo un feliz cumpleaños, que seas tan bendito como el Mar del Este, que vivas tanto como las Montañas del Sur y que tu familia sea feliz.