En primer lugar, los padres deben encontrar una oportunidad adecuada para sentarse juntos y hablar abierta y honestamente con sus hijos sobre los motivos de su divorcio. Por supuesto, si hay otras cosas que no son adecuadas para que los niños entiendan, también deben unificarse y dejarles entender que mamá y papá se divorciaron por miedo.
En segundo lugar, no importa con quién esté el niño, ambos padres no pueden ignorar la comunicación y educación del niño. Como tutores, debemos derramar más amor en nuestros hijos y, al mismo tiempo, no debemos establecer barreras para la cercanía con nuestros hijos. En lugar de eso, debemos alentar a los niños a comunicarse entre sí sobre sus estudios y su vida. La otra parte también quiere mostrar la sinceridad de los padres, brindarle al niño el mayor cuidado posible, pagar los gastos de manutención a tiempo, no olvidar comprar regalos y ropa para el cumpleaños, la temporada y los días festivos del niño, y llamar al Al menos una vez a la semana, preferiblemente cuando el niño esté de vacaciones, te llevaré a vivir con él cuando llegue el momento, para que sienta que sus padres cumplen su palabra y no me abandonan ni me aman aunque estén divorciados. .
En tercer lugar, los niños nacen con una comprensión del amor. Los padres viven en armonía y un buen ambiente familiar es su mejor alimento. Los padres son sus imitadores más directos, y sus preferencias futuras de pareja y sus actitudes hacia el amor provienen todas de sus padres. Si quieres que tus hijos estén felizmente casados en el futuro, déjales ver el mejor lado de tu matrimonio. Aunque se divorcien, no les quites las cosas buenas. Ampliar esta parte les permite ver y remodelar su actitud correcta hacia el amor y el matrimonio.
En cuarto lugar, ambos padres deben ser buenos abuelos para sus hijos. No dejes que digan que un padre no lo es, ámalo como siempre. Por supuesto, ambos padres deben hacer esto, de lo contrario el niño perderá el control.
En quinto lugar, en comparación con el hecho del divorcio, las actitudes de los padres hacia el divorcio y su evaluación mutua frente a sus hijos tienen un mayor impacto en sus hijos. No importa qué tipo de problemas entre la pareja conduzcan al fin del matrimonio, los padres son sus parientes del niño y ambos cónyuges han elegido una forma de resolver sus problemas. No hay necesidad de insistir en plantear este asunto a los niños, convertirse en un hombre y una mujer obsesionados con ello y demonizarse mutuamente, lo que tendrá un impacto negativo en la psicología del niño.