Aunque la diálisis peritoneal y la hemodiálisis tienen las mismas indicaciones, cada una tiene sus pros y sus contras y no pueden sustituirse entre sí. Las indicaciones de hemodiálisis incluyen: ① Insuficiencia renal aguda. ②Intoxicación aguda por drogas o venenos. ③Insuficiencia renal crónica. ④ La insuficiencia renal antes del trasplante de riñón o el rechazo después del trasplante hacen que el riñón trasplantado no funcione. ⑤Otras enfermedades (insuficiencia hepática, esquizofrenia, psoriasis, etc.).
Las contraindicaciones relativas de la hemodiálisis incluyen: ① Personas en estado extremadamente crítico, hipotensión y shock. ②Aquellos con infección grave y sepsis. ③Aquellos con insuficiencia miocárdica grave o enfermedad coronaria. ④Dentro de los 3 días posteriores a la cirugía mayor. ⑤Aquellos con tendencia hemorrágica grave, hemorragia cerebral y anemia grave. ⑥ Personas mentalmente poco cooperativas. ⑦Pacientes con tumores malignos
Se debe dar prioridad a la diálisis peritoneal en las siguientes situaciones: ①Edad avanzada y función deficiente del sistema cardiovascular. ②Aquellos que tienen dificultades para establecer un acceso vascular para hemodiálisis. ③Aquellos con tendencia hemorrágica grave que no pueden someterse a hemodiálisis ni heparinización sistémica. ④Para pacientes con nefropatía diabética y uremia, agregar insulina a la cavidad abdominal puede ayudar a controlar mejor el azúcar en sangre.
Las siguientes situaciones son contraindicaciones para la diálisis peritoneal: ① Dentro de los 3 días posteriores a una cirugía abdominal mayor. ② Aquellos con adherencias peritoneales u obstrucción intestinal. ③Pacientes con infección de la pared abdominal que no pueden colonizar el tubo de diálisis peritoneal. ④ Tumores abdominales, fístula intestinal, hernia diafragmática, etc.