En el momento en que suena la campana, eres como un pequeño barco, utilizando tu puntero como pulpa para remar los libros de texto anclados en el puerto. Hay montones de preguntas sobre el escritorio. Tus movimientos son realistas, como un pájaro volando, agitando un hermoso arco en la plataforma: el barco pasa y no hay nubes en el cielo, al igual que tu brillante corazón.
La esperanza comienza con la decepción, y el ascenso comienza con la preocupación. Como decía un poeta, quien tiene hambre debe digerir bien, quien siente ansiedad debe ser eficiente y quien siente crisis debe progresar rápidamente. No deambules bajo los árboles, no medites bajo la lluvia, no llores en la oscuridad. Mire hacia adelante, no mire hacia atrás. Siempre que lo enfrente con valentía y levante la cabeza, descubrirá que la neblina de las puntuaciones es solo una breve temporada de lluvias. De cara al futuro, todavía hay un día brillante y la gente no se sentirá confundida.