En 1769, el ingeniero militar francés Gounod (1725-1804) construyó el primer automóvil propulsado por una máquina de vapor. Debido a un fallo en el sistema de dirección durante la prueba, el vehículo se estrelló contra el muro del Arsenal de Saint-Slave, en lo que fue el primer accidente automovilístico del mundo.
En 1771, Cournot mejoró un vagón de vapor con una velocidad de 9,5 kilómetros por hora y arrastraba entre 4 y 5 toneladas de carga.
En 1794, el inglés Street propuso por primera vez la idea de mezclar combustible y aire para hacer una mezcla para la combustión.
En 1796, el científico italiano Vols inventó la primera batería de almacenamiento del mundo, lo que supuso un punto de inflexión histórico en el nacimiento y desarrollo de los automóviles.
En 1801, el francés Leben propuso el principio del motor de gas.
En 1803, el ingeniero francés Trevico (1771-1833) utilizó una nueva máquina de vapor de alta presión con capacidad para 8 personas y que alcanzaba una velocidad media de 13 kilómetros por hora. A partir de entonces se empezaron a utilizar en la práctica automóviles propulsados por máquinas de vapor.
En 1827, el vagón de vapor construido por el duque británico de Garn (1793-1873) se convirtió en el primer vagón de vapor oficial del mundo. Puede transportar 18 pasajeros y la velocidad media es de 19 km/h.
En 1838, el inventor británico Hennart inventó el primer dispositivo de encendido de motor de combustión interna del mundo, lo que fue llamado "una revolución en la historia del desarrollo del automóvil mundial". Desde entonces, los coches con motor de vapor se han ido retirando progresivamente del escenario de la historia.