1. Mejorar las capacidades de combate reales de los agentes de policía, mejorar su capacidad para responder a emergencias y mejorar la calidad de la ejecución de tareas.
2. Ayuda a ahorrar costes de formación, reducir la presión de la formación y mejorar los efectos de la educación y la formación.
3. Promover la modernización de los servicios policiales para que la policía pueda responder con mayor flexibilidad ante las nuevas tecnologías y métodos.