Hacer que los estudiantes corran en círculos o se agachen y caminen está en consonancia con los requisitos de educación y enseñanza. Si se utiliza como una forma de actividad física o ejercicio en el aula, los profesores pueden guiar a los estudiantes para que se ejerciten de forma saludable. Sin embargo, si el estudiante resulta perjudicado en el proceso, o se convierte en una herramienta de daño o castigo intencional por parte del maestro, se considera castigo corporal.
Por lo tanto, la situación específica debe juzgarse de manera integral en función de la situación real. Si se guía a los estudiantes para que hagan ejercicio dentro de un rango razonable y no cause daño a su salud física y mental, no se considera castigo corporal. Pero si hay daño físico o psicológico, se debe corregir con prontitud.