Recuerda la historia y olvida el odio.

Esto es lo que dijeron los funcionarios de Nanjing. ¿No recuerdas a Nanjing orando por la paz? ——Miles de chinos deberían arrodillarse en el suelo, sostener velas y mirar hacia el este para orar por la paz, ¡bah! La paz se obtiene con la fuerza del país, no doblando la rodilla.

No olvidemos la historia y no olvidemos el odio: olvidar el odio equivale a traicionar a nuestros antepasados. Como dice el refrán, matar a tu padre no es fatal. Si el tiempo puede curar el dolor (la inercia cultural de China siempre ha sido así), Asia Oriental está demasiado cerca. En tan sólo unas décadas, la gente corriente no olvidará la historia ni el odio.