¿Cuál fue el sistema político de la dinastía Tudor en Inglaterra en la historia?

El período Tudor en Gran Bretaña se conoce como la edad de oro del desarrollo de la monarquía en la historia británica y también como el lugar de nacimiento del sistema político moderno. Los gobernantes dinásticos de este período, Enrique VII, Enrique VIII e Isabel I, establecieron y consolidaron un fuerte poder real a través del parlamento y la Reforma. Un fuerte poder real aseguró la formación de un poderoso Estado-nación.

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En los siglos XV y XVI se produjeron grandes cambios en la economía social, la política y otros aspectos de Gran Bretaña, que determinaron la particularidad de la dinastía Tudor. Es diferente de una monarquía absoluta o de una monarquía constitucional posterior. La armonía entre la monarquía y el parlamento mantuvo en funcionamiento la maquinaria política británica. Este período fue el apogeo del poder real británico, pero el poder del rey todavía estaba limitado por las leyes del Parlamento.

El sistema político de la dinastía Tudor afectó el desarrollo religioso, económico y cultural del período Tudor. La monarquía Tudor se manifestó principalmente en las instituciones políticas y el poder judicial. En el gobierno central, el recién creado Consejo Privado reemplazó al Consejo Asesor de los Nobles. A nivel local, los poderes de los magistrados de los condados se han ampliado; por debajo del nivel de los condados, el poder se ha concentrado en manos de pequeñas reuniones parroquiales y se han establecido una serie de tribunales privilegiados en el sistema judicial; La monarquía británica alcanzó su apogeo. Aunque la dinastía Tudor en Inglaterra tenía características autocráticas obvias, el poder de la dinastía Tudor en ese momento no era ilimitado y estaba restringido en todos los aspectos, especialmente en las leyes del Parlamento. Por tanto, se diferencia de la monarquía absoluta y tiene la naturaleza del capitalismo.

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La monarquía Tudor impulsó en cierta medida la profundización de la reforma religiosa. La acumulación de capital primitivo favoreció el desarrollo del capitalismo y la prosperidad de la cultura. El establecimiento, desempeño e influencia de la dinastía Tudor son consistentes hasta cierto punto con el desarrollo histórico. Después de la dinastía Tudor, el color medieval de Gran Bretaña se volvió cada vez más claro. Gran Bretaña ha salido completamente de la vieja era y ha dado grandes pasos para convertirse en un Estado-nación moderno.