En el Período Carbonífero, hace 300 millones de años, había muchos artrópodos gigantes, y la libélula gigante era solo uno de ellos. Esta libélula gigante se extinguió a mediados y finales del período Pérmico y sigue siendo el insecto más grande en la historia de la Tierra.
En aquella época, vivían en la Tierra muchos artrópodos enormes, como ciempiés de 2,6 metros de largo, escorpiones marinos de 2,5 metros de largo, milpiés de más de 1,5 metros de largo, efímeras gigantes, etc. (Ninguno de los anteriores eran insectos). También había una libélula, con sus alas extendidas casi 1 metro. Desde entonces no ha aparecido ningún insecto de este tamaño.
Los científicos creen que los niveles extremadamente altos de oxígeno en la atmósfera en ese momento permitieron que estos animales crecieran tanto. Los investigadores señalaron en el informe que la concentración de oxígeno en la atmósfera terrestre llegó a 35 durante el Período Carbonífero, mucho más que 21. Muchos artrópodos absorben oxígeno directamente a través de pequeñas tráqueas en todo el cuerpo en lugar de indirectamente a través de la sangre, por lo que un alto contenido de oxígeno puede promover la evolución de los insectos hacia cabezas más grandes.
Además, el clima de la tierra en aquella época era cálido y húmedo, y no había cuatro estaciones. La temperatura promedio era mucho más alta que la actual y la actividad celular era muy activa, lo cual es una de las razones por las que estos artrópodos podían crecer hasta tamaños tan grandes.
Pero por muy grandes que sean, no son tan grandes como los helicópteros. Como mucho tiene el tamaño de un modelo de avión.