La moral es un espíritu práctico. En la sociedad, la moralidad debe practicarse y la realización de cualquier teoría debe basarse en la práctica para respaldar el establecimiento de la teoría. Esto es inevitable. La moralidad es fundamentalmente una definición humanista, una combinación de intereses comunitarios e intereses personales. La moralidad es relativa y unificada. La moralidad puede ser un concepto de fantasía o un portador real.
La moral es una de las ideologías sociales y las normas y normas para la vida y el comportamiento diario de las personas. La moral restringe la vida social a través de la opinión pública social o de cierta clase.
La práctica o actividad se origina en el deseo, no en la razón. La razón sólo puede distinguir entre el bien y el mal, pero no provoca ninguna actividad. El deseo, por el contrario, puede provocar actividad, pero no puede distinguir entre el bien y el mal. El deseo puede obedecer a la razón o puede oponerse a la razón. Los deseos que obedecen a la razón conducen a buenas elecciones, los deseos que se oponen a la razón conducen a malas elecciones, y la moralidad reside en esta buena elección, por lo que la moralidad se origina fundamentalmente en la unidad del deseo y la razón.
Además, el deseo es causado por los sentimientos, y los sentimientos se dividen en placer y dolor. La felicidad proviene de los pasatiempos, el dolor proviene del disgusto. Cualquiera que ama algo le hará feliz; por tanto, si ama la moral, la moral también le hará feliz. Por tanto, la moralidad y la felicidad no son mutuamente excluyentes.