Regalo a Taozi——Prosa

Recibí muchos regalos y todos me trajeron recuerdos maravillosos. Sin embargo, lo que más me impresionó fue el regalo que le hice a Taozi, un conejo.

Peach es un regalo de cumpleaños de mi compañero de clase. Tiene el pelo blanco como la nieve, dos orejas largas y ojos de rubí. Es hermoso y encantador. Me gusta mucho.

Como no tengo jardín en casa, puse el melocotón en una jaula. Todas las mañanas, cuando nos reunimos, le daré verduras. Mientras Taozi escuche mis pasos, aguzará las orejas y agarrará la jaula con entusiasmo. Cuando estaba comiendo, su pequeña boca de tres pétalos se abría y cerraba, y rápidamente limpiaba un gran trozo de hojas de verdura, lo cual era muy lindo. Además, los melocotones están especialmente limpios. Una vez les di un trozo de sandía. Después de comer la sandía, frotó sus pequeñas patas sobre la piel de la sandía, luego se la secó en la cara y se lavó la cara. Como resultado, mi cara blanca como la nieve se convirtió en una gran cara roja, lo que nos hizo gracia a mi madre y a mí.

Cuanto más crece el melocotón y cuanto más pequeño se vuelve el espacio de la jaula para él, más activo se vuelve. Lo que más le gusta es jugar en el techo de mi casa, porque cuando llegue allí lo dejaré salir de la jaula y podrá moverse libremente. El melocotón del tejado es un melocotón travieso y nunca estoy inactivo ni un momento. Correr es como una aventura, pero no puedes alcanzarlo. Pero muchas veces, por la seguridad de Tao Zi, todavía tengo que mantenerlo en una jaula. Creo que Taozi se está volviendo cada vez más infeliz. Taozi en la jaula miró por la ventana sin comprender, como si tuviera algo en mente. A veces lo molesto y me ignora. Le pregunté a mi madre con ansiedad: ¿Tao Zi estaba enfermo? Mamá dijo que Taozi quería ser libre. Peach es un conejo. Quiere vivir libremente como un conejo en lugar de ser una mascota en una jaula.

Entiendo lo que quiere decir mi madre, pero estoy muy confundida. He considerado al melocotón como mi buen amigo. Espero que siempre esté conmigo, pero lo que más quiero ver es un melocotón feliz. Finalmente le di el melocotón a una tía. Su casa tiene un patio y mi tía me aseguró que allí Tao Zi puede ser un conejo feliz y libre.

Más tarde fui a ver a Taozi. Él y otros conejos corren libremente por el jardín, comen hierba, cavan hoyos y crecen felices. Este es mi regalo para Tao Zi. ¿Te gustan los melocotones?

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