Creo que todo el mundo ha oído hablar de ejemplos de este tipo. Un niño que ha vivido en una zona montañosa durante mucho tiempo nunca ha tomado un tren ni usado ropa nueva, pero estudió mucho por su cuenta y finalmente ingresó a la universidad con excelentes resultados. Luego, con el apoyo del estado y la ayuda de mis compañeros del pueblo, fui a la universidad, me gradué exitosamente, encontré un buen trabajo y finalmente cambié mi destino. Sin embargo, estos casos no son raros. Quizás hayamos escuchado la historia de una persona muy pobre que abandonó la escuela a una edad muy temprana y se fue a trabajar porque su familia ni siquiera tenía dinero para financiar su educación. Luego trabajé duro en las grandes ciudades, transportando cemento, moviendo ladrillos, repartiendo comida y haciendo entregas urgentes. Trabajé duro, acumulé mi primer capital empresarial y finalmente abrí mi propia empresa y me convertí en jefe. Sí, sólo experimentando la pobreza extrema se puede comprender verdaderamente la importancia del dinero. Sólo cuando comprendas la importancia del dinero para una persona podrás trabajar duro y hacer el trabajo duro que la gente común no puede hacer para ganar un mañana brillante para ti.
La pobreza es preciosa y no necesitamos sentirnos inferiores a causa de ella. Precisamente gracias a la pobreza podemos seguir trabajando duro y no sentirnos abrumados por la pobreza. Los pobres no tienen la capacidad de compararse con los demás. Cuando ven a otros vistiendo marcas famosas y comiendo grandes comidas, solo pueden envidiarlos. Y también se dan cuenta más claramente de que detrás de ellos no hay nadie en quien confiar. Si quieren tener una vida así, sólo pueden crear riqueza con sus propias manos. Es con este sentimiento de última resistencia que pueden arriesgarlo todo y dejar de lado cualquier preocupación.