La natación requiere la estrecha cooperación de la fuerza física, la respiración y otros sistemas, lo que es una prueba de la propia condición física de los niños. Cuando un niño tiene cinco años, su función cardiopulmonar está relativamente desarrollada y su cuerpo puede reunir la fuerza necesaria para nadar. Es más apropiado esperar hasta este momento para empezar a aprender a nadar.
Al aprender a nadar, los niños aprenden primero a contener la respiración, por lo que el aumento de la capacidad pulmonar debe ser un logro, y el sistema respiratorio también mejorará en consecuencia. La natación también puede hacer que los músculos del corazón de los niños estén más desarrollados, y sus latidos serán más lentos pero más potentes que los de sus compañeros. Además, el efecto de la presión del agua favorece la formación de la hermosa figura del niño desde una edad temprana. La natación, como ejercicio aeróbico, aporta muchos beneficios a los niños.