A los padres les gusta educar a sus hijos en lugares concurridos. ¿Es esto razonable?

Esto no es razonable. Los padres a quienes siempre les gusta educar a sus hijos en lugares públicos obviamente les faltan el respeto. Una educación a largo plazo como esta dañará su autoestima y confianza en sí mismos, haciéndolos cada vez más inferiores y tímidos. Por supuesto, la educación mencionada aquí no incluye a los niños que se comportan de manera inapropiada cuando pelean por juguetes. En ese momento, los niños deben disculparse con sus amigos. La educación mencionada aquí definitivamente no se refiere a este tipo de educación.

Lo que se llama enseñar a los niños primero y luego enseñar a otros significa mostrar a los forasteros: Mírenme, no estoy acostumbrado a que los niños cometan errores, así que les enseñaré directamente. Este tipo de comportamiento es en realidad pretencioso para uno mismo y no tiene sentido para la educación de los niños. En primer lugar, este tipo de comportamiento no respeta al niño ni se ocupa de sus sentimientos, lo que dañará su autoestima y confianza en sí mismo. Los adultos se sentirán avergonzados cuando los critiquen en público, y mucho menos los niños que se encuentran en un período sensible. Tal comportamiento sólo avergonzará al niño, que tal vez no se atreva a expresarse en público en el futuro. Creo que este es un resultado que muchos padres no quieren ver. Por eso debemos recordarnos a nosotros mismos que no debemos lastimar a nuestros hijos sólo para mostrar nuestro prestigio. Al final, debido a la falta de confianza en sí mismo y a la falta de reflexión del niño, el problema recae enteramente en él mismo.

En segundo lugar, este comportamiento también despertará la psicología rebelde de los niños. Después de que la autoestima de un niño se ve herida, algunos pueden lamerse las heridas en silencio, pero otros niños pueden utilizar comportamientos relativamente bajos para liberar su insatisfacción. ¿De este, el llamado niño? ¿Rebelde? El comportamiento es innato porque los niños también necesitan una salida para liberar sus emociones negativas. Algunos padres siempre se quejan de que sus hijos son desobedientes, sin saber que todo es culpa suya.

Por supuesto, tal comportamiento también dañará la relación entre padres e hijos. Los niños pensarán que sus padres no son iguales a ellos y siempre se culparán a sí mismos cuando sucedan cosas, pero no se ayudarán a sí mismos a resolver los problemas. De esta forma, los niños perderán la confianza en sus padres.

Desde esta perspectiva, educar a los niños en lugares públicos es, de hecho, la siguiente mejor solución.