En primer lugar, la formación puede crear un entorno para sus discursos de formación.
Ya sea en la escuela o en el trabajo, no hay muchas oportunidades reales para que puedas hablar. Por supuesto, si eres propietario de una empresa, esa es una historia diferente.
Un buen ambiente puede crear una sensación de ritual. Al igual que leer en el aula y leer en pijama en casa, la eficiencia de ambos es diferente.
Segundo: la formación puede brindarte un ambiente motivador entre tus compañeros.
Para los principiantes que están aprendiendo a hablar, el miedo a hablar es un obstáculo imprescindible. Pero la forma más eficaz de superar el miedo no es mirar la sopa de pollo y gritar "soy realmente bueno", sino tener suficiente experiencia para hablar en público.
Sin embargo, ante cosas desconocidas, las personas siempre se sienten muy asustadas porque no están familiarizadas con ellas, siempre sienten que pueden ser peores que los demás.
La formación puede crear un buen entorno de motivación entre pares. Además del estímulo mutuo entre compañeros, el efecto más directo es: vaya, hay tanta gente que habla peor que yo, ¿a qué tengo que tenerle miedo?
Tercero: La capacitación puede contar con retroalimentación oportuna por parte de los docentes.
Hablar, como escribir, es particularmente tabú: crees que puedes matar a Jack Ma diciendo que eres invencible. Como resultado, las personas de abajo se quedaron dormidas después de solo hablar durante un minuto.
Un buen profesor es importante para dominar las habilidades. Porque él puede brindarle comentarios oportunos. Al igual que un entrenador en un gimnasio, cuesta unos cientos de yuanes por dos horas, lo cual es muy caro. Pero un recordatorio casual de él puede evitar que dañes tu cuerpo. La mejor manera de mejorar no es practicar solo en una sala, sino avergonzarse delante de mucha gente y luego tener un buen profesor cerca para darte consejos específicos.