Aléjate del ferry de Jingmen y pronto estarás con los sureños.
Donde terminan las montañas y comienzan las llanuras, los ríos serpentean a través del desierto.
La luna se eleva como un espejo, y las nubes del mar brillan como un palacio.
El agua te hace sentir como en casa y permite que tu barco recorra trescientas millas.
Traducción de obras
Visité Chu, el antiguo país del Shu occidental, en las afueras de Jingmen, a lo largo del río Yangtze.
Con la aparición del desierto, las montañas desaparecieron gradualmente y el río Yangtze desembocó en el vasto desierto.
La luna reflejada en el río es como un espejo volador, y las nubes cambian constantemente formando un espejismo.
Aún aprecio el agua de mi ciudad natal y el barco que vino a despedirme desde el este, a miles de kilómetros de distancia.