2. El estímulo positivo triunfa sobre la disciplina. A los buenos chicos les encanta alardear. Darles a los niños una sensación de logro en lo que hacen les ayuda a desarrollar su confianza en sí mismos.
3. Debe usarse para disciplina y disciplina oportuna. Corrija el mal comportamiento de los niños con prontitud. La corrección definitivamente no se trata de golpear o regañar emocionalmente a los niños. Simplemente establezca reglas y principios para él, hágale saber qué no hacer y cuáles serán las consecuencias. Disciplinarlo no es cometer errores, sino hacerle saber que es responsable de sus actos.