Para entender Macao, primero hay que entender su historia. Macao solía ser un pequeño pueblo de pescadores. Su verdadero nombre es Hao Jing o Hao Jing Ao. Debido a que el puerto en ese momento podría llamarse "Macao", se llamó "Macao".
En 1553, los portugueses obtuvieron el derecho de residencia en Macao tras negociar con el gobierno local de Guangdong durante la dinastía Ming y se convirtieron en el primer grupo de europeos en entrar en China. En febrero de 1887, 65438+1, Portugal y el gobierno Qing firmaron los tratados desiguales "Proyecto de Convención sobre la Conferencia Sino-Portuguesa" y "Tratado de Comercio y Reconciliación Sino-Portuguesa", ocupando oficialmente Macao a través de las formalidades de documentos diplomáticos, haciendo de Macao una colonia de Portugal. Hasta el 20 de febrero de 1999 65438, Macao regresó a la patria y el gobierno chino reanudó el ejercicio de la soberanía sobre Macao. Durante los últimos 100 años, Macao ha resistido el bautismo de la civilización europea, dejando tras de sí muchas reliquias históricas y culturales.
En segundo lugar, Macao es un puerto franco internacional, una de las zonas más densamente pobladas del mundo y una de las ciudades de juego más famosas del mundo. Macao es el único lugar de juego legal en China. Hubo una ley en 1847 que legalizó el juego y la industria del juego estaba monopolizada por el gobierno. Su industria del juego ha tenido un impacto decisivo en la economía. Junto con Montecarlo y Las Vegas, es conocido como los tres casinos más importantes del mundo. En 1961, el Departamento Portugués de Ultramar emitió un decreto que permitía a Macao utilizar el juego como forma especial de entretenimiento. En el “Duodécimo Plan Quinquenal” nacional también se propone claramente convertir a Macao en un centro turístico y de ocio de clase mundial.