(1) Olvidé dar un discurso
Cuando un orador olvida sus palabras, no entre en pánico, no piense en silencio en el escenario, pero improvisa Play y deja ir el lenguaje. Por ejemplo, puedes comenzar el siguiente párrafo con la última oración o un concepto que acabas de mencionar. Aunque esta afirmación no es inteligente y no ocupa lugar en todo el artículo, el resultado definitivamente es mucho mejor que todo el fracaso, y si lo piensas más tarde, puedes continuar con el tema original. Si se te escapa algo después de conectar el tema, pero lo recuerdas más adelante en el discurso, olvida los menos importantes. Los más importantes se pueden agregar al final para evitar destruir la fluidez y coherencia de todo el discurso. Cuando olvides palabras, también puedes resumir los puntos clave, lo que también te ayudará a refrescar tu memoria.
(2) Comentarios incorrectos
En este momento, no debes hacer oídos sordos y no necesitas disculparte por tus errores. En su lugar, sea flexible: si se trata de un problema pequeño, como una pronunciación inexacta o un habla deficiente, corríjalo repitiéndolo correctamente; si es un punto de vista incorrecto, puede agregar una pregunta retórica al final; Por ejemplo: "Algunas personas mantienen esta opinión. ¿Es correcta?" A continuación, utilice algunas frases para explicar brevemente por qué está equivocado. Puede continuar inmediatamente con el tema original y corregir el error de forma natural y silenciosa.
2. Lidiar con la indiferencia de la audiencia.
Debido a diversos motivos como el tiempo, el entorno o el contenido del discurso, pueden existir situaciones desfavorables como que el público hable o abandone el recinto. Un orador sabio no debe ignorar la situación y continuar "siguiendo su propio camino". En cambio, debe responder a la situación específica, revertir la situación y siempre controlar la iniciativa en sus propias manos. Por ejemplo, haga una breve pausa para atraer la atención de la audiencia al escenario; también puede insertar una historia animada e interesante relacionada con el tema para despertar el interés de la audiencia o puede comprimir algún contenido que no le interese; agregue contenido vívido que sea relevante para la audiencia. Por ejemplo, también puede cambiar la velocidad del habla, el tono, el volumen, etc. Animar adecuadamente a la audiencia; o utilizar múltiples métodos juntos para movilizar el entusiasmo de la audiencia.
3. Repetir el contenido del discurso con los demás
A veces en una conferencia, varias personas dan el mismo discurso, y otros ya han dicho lo que quieren decir primero. Llegados a este punto ya no pueden seguir el guión, porque no hay nada más aburrido que la repetición. El método de respuesta de emergencia en este momento es: tirar el manuscrito y volver a seleccionar el tema; sacar una parte del manuscrito, sacar lo viejo y sacar lo nuevo, y profundizar el tema permanece sin cambios, expliquemos; desde otro ángulo.
4. Lidiar con el ruido y los abucheos en el lugar
Estos problemas ocurren porque el discurso es demasiado largo, el contenido es abstracto, las palabras son aburridas o hay problemas con opiniones, conocimientos, lógica o lenguaje. En este momento, el orador no debe culpar a la audiencia (aunque la audiencia adopta este enfoque equivocado), sino que debe corregir cualquier error, eliminar el contenido, convertir lo aburrido en vívido o compensar los errores con flexibilidad.
5. Cómo lidiar con cambios temporales en el tiempo de uso de la palabra
Generalmente, el tiempo se reserva con anticipación, pero a veces el orador anterior retrasó el tiempo o la audiencia tenía razones especiales. No te quedes quieto por mucho tiempo. En este momento, el orador debe ajustar rápidamente su discurso, o comprimir adecuadamente algún contenido de acuerdo con el tema original sin perder la sutileza, o utilizar algunas oraciones resumidas para reducir la extensión y mantener intactos los puntos principales. A veces, para tranquilizar a la audiencia, el tiempo aproximado requerido después de la compresión también se puede indicar de antemano para darle a la audiencia una "tranquilidad". En este momento, debe haber un arreglo general que no puede comenzar desde el principio sino terminar al final, ni retrasar ciegamente el tiempo independientemente del estado de ánimo de la audiencia.
Las habilidades de expresión del lenguaje oral incluyen dos aspectos: la expresión del lenguaje auditivo y la expresión del lenguaje situacional. Las habilidades de expresión del lenguaje vocal incluyen expresión fonética y expresión semántica: la expresión vocal incluye principalmente habilidades vocales, habilidades de estrés, habilidades de pausa, habilidades de velocidad al hablar y habilidades de tono que requieren precisión, adecuación, concisión, concisión y viveza; La expresión del lenguaje corporal incluye principalmente expresiones faciales, gestos y movimientos corporales. Durante los discursos a menudo surgen circunstancias imprevistas. El orador debe estar tranquilo y sereno, pensar rápido, adoptar con decisión los métodos de improvisación adecuados y controlar siempre la iniciativa en sus propias manos.