Después de que Liu Chunlin ganara el primer premio, ingresó al Imperial College y fue enviado a Japón para estudiar. Tras regresar a China, ocupó cargos importantes. La Revolución de 1911 derrocó el gobierno de la dinastía Qing. Como ex funcionario, no podía vivir recluido y más tarde ayudó al presidente Yuan Shikai. Durante el gobierno de Beiyang, Liu Chunlin se desempeñó como director del Departamento de Educación de la provincia de Zhili y también presidió la ceremonia en Shandong. Más tarde, debido a la oscuridad de la política, los políticos no prestaron atención a educar sobre el sustento de la gente, sino que lucharon por el poder y las ganancias, por lo que Liu Chunlin renunció, volvió a recluirse y se convirtió en bibliófilo.
En 1931, los invasores japoneses provocaron el Incidente del 18 de Septiembre y gradualmente tomaron el control de las tres provincias del noreste. En ese momento, los japoneses apoyaron al régimen títere de Manchukuo para promover su racionalidad. Los japoneses obligaron a muchas personas a trabajar en el títere Manchukuo. Incluso Puyi se convirtió en un títere de los japoneses sin tener en cuenta la integridad nacional. En ese momento, los japoneses pensaron en el famoso Liu Chunlin y querían que fuera el Ministro de Educación del Títere Manchukuo. Sin embargo, Liu Chunlin conocía sus intereses y se negó resueltamente a asumir el cargo. Los enojados japoneses robaron o quemaron todas sus colecciones de caligrafía y pintura, pero esto aún no pudo debilitar la determinación de Liu Chunlin. Liu Chunlin murió en 1944.
Liu Chunlin nació en una era turbulenta. Se desempeñó como funcionario tanto en la dinastía Qing como en la República de China. En lugar de ser leal al monarca porque era el erudito número uno como esos viejos y jóvenes, eligió una moralidad más elevada y sirvió al Estado-nación. Liu Chunlin es un buen ejemplo. No se apega a la tradición, pero mantiene la integridad. Cuando la política es oscura, no podemos vivir recluidos. La claridad política es para lo que naciste. Cuando el país está en peligro, no se puede temer el poder del agresor. Es verdaderamente un modelo a seguir para nuestra generación de académicos.