A diferencia de los árboles de ginkgo en otros lugares, los árboles de ginkgo de todas las montañas y llanuras no son "bellezas" ordinarias, sino "hombres femeninos", al igual que las "bellezas" de la dinastía Tang. Son gordos y hermosos, altos y corpulentos, pero están conectados con el cielo sin perder su aura y conectados con la tierra sin perder su erección.
Camine por la carretera de montaña, sostenga su cámara, levante la cabeza y tome fotografías de los árboles de ginkgo en la distancia; inclínese para observar el jardín de ginkgo en el suelo. Existe la sensación de que "en realidad hay un mundo entre los lanzamientos". Cuando cae una hoja, sabes que es otoño en el mundo. Cuando cae una hoja, cambia de verde a dorado, al igual que el cabello de una persona de negro a blanco. Cuanto más envejece, más atractivo se vuelve.
El árbol Ginkgo es un “fósil viviente” del tiempo geológico. Apareció hace cientos de millones de años y ahora es raro ver árboles centenarios. Sin embargo, hay árboles de ginkgo de cientos de miles de años alrededor de los templos de Yunfei y Songxian Yunyan. Las nubes onduladas y la niebla parecen contar la historia de estos miles de años, y parecen estar observando en silencio todo lo que los rodea.
En este bosque de ginkgos milenario, el templo de Yunyan tiene una profunda cultura budista. Una es la cultura de la confesión. Hay muchas historias sobre el ascetismo en el templo de Yunyan. En cuanto a cómo practicar el ascetismo, hay una segunda cultura característica: la cultura de las chozas. En aquella época, los monjes utilizaban palos, adobe, piedras y paja para construir cabañas para la meditación y "cultivar la mente y refinar a los demonios". Muchos maestros zen practicaron duro aquí y alcanzaron la iluminación. La tercera es la cultura monje-soldado. En ese momento, los monjes soldados de la montaña Funiu lucharon contra los ladrones y unieron fuerzas para luchar contra los japoneses, haciéndose eco de los monjes soldados Shaolin. Es tanto una historia de combate como una epifanía.
Caminando por el camino de montaña pavimentado con "oro", lejos del ajetreo y el bullicio de la ciudad, escuche los sonidos de la naturaleza: el sonido del agua que fluye, el sonido de las hojas caídas, el sonido de El canto de los pájaros, la brisa... mira hacia el cielo y la tierra. El tiempo, la vida debería ser una broma.