Prosa de finales de otoño

Se estaba haciendo tarde y la noche era profunda. Prepare una taza de té negro fuerte, siéntese solo frente a la computadora, toque el teclado frío con las yemas de los dedos y aparecerá una serie de palabras inmaduras en la pantalla. Cuando las palabras en mi mente dejan de fluir, me giro hacia la ventana y tomo un sorbo de té negro. El aroma del té negro penetró en mi corazón, y el aroma del té negro flotó lentamente por la ventana con los pensamientos en mi corazón...

El cielo nocturno fuera de la ventana está lleno de estrellas. La luz de la luna se inclina hacia el oeste. En la fría noche de otoño, no hay primavera desenfrenada ni pasión del verano. Sólo las hojas coloridas bailan silenciosamente.

Las luces de la calle se encienden y apagan, añadiendo brillo a las hojas que caen y añadiendo un poco de belleza a la noche brumosa. En el frío viento otoñal, las hojas caídas volaban con el viento, caían una a una y yacían silenciosamente en el suelo.

Zi Zi siente que en esta noche de otoño nada es importante, nada existe, solo le pertenece el viento otoñal. Todo, baila su cuerpo a gusto, derramando el amor acumulado en su corazón.

Me pareció escuchar su respiración acelerada y sus persistentes susurros. El viento otoñal sostiene las hojas, y las hojas se aferran al viento otoñal, cantando sus propias voces en esta noche de finales de otoño. ¿Las hojas son reacias a abandonar el árbol, o son aficionadas a la tierra, o están cayendo por el viento otoñal?

La Nochebuena es a menudo un momento para que las personas expresen sus sentimientos, y también es la expresión más verdadera de los sentimientos de las personas. No sé quién ama, como las hojas, al árbol que se aferra a la primavera, al verano y al otoño, al viento otoñal que lo insta a caer y bailar, o a la tierra que lo parió y levantó...

Quizás, las hojas han vuelto a sus raíces, que es el destino inevitable de las hojas...