El sol brilla intensamente, el lago está en calma y sin olas, y pequeños botes van y vienen por el lago, cruzando las aguas blancas. como pequeños personajes. Bebíamos vino y no teníamos nada que hacer. Por la tarde, el viento se hizo cada vez más fuerte y el agua del lago emitió un gorgoteo. También nos alegramos mucho de que miles de veleros navegaban hacia nosotros al unísono.
Sin embargo, al anochecer, las nubes se levantaron repentinamente, el viento sopló violentamente y las olas en el lago rodaron como montañas cubiertas de nieve, impactando a la gente. Me sentí muy asustada y frustrada. ...
Al día siguiente, el tiempo se puso soleado y la superficie del lago estaba tan tranquila como un espejo. Me apoyé en la barandilla y vi un barco en el lago y la gente en el barco estaba pescando. El pescador luce tan cómodo y envidiable.
En ese momento, un grupo de garcetas volaba bajo sobre el lago. El sonido de sus alas batiendo sobre el agua hacía eco del sonido del bote remando, formando una imagen pacífica y armoniosa. Me senté en este barco, sentí la brisa y mi corazón se llenó de alegría y consuelo.
Sin embargo, a medida que nos acercábamos a la orilla, de repente nos golpeó una brisa fresca del mar, trayendo una sensación de humedad. En ese momento, vi a un anciano sentado en la orilla, sosteniendo una pequeña canasta en la mano. Había algunas pequeñas botellas de vino y copas de vino en la canasta. Nos invitó a tomar una copa a bordo, así que subimos a bordo.
El anciano nos dijo que había vivido aquí durante mucho tiempo y que estaba acostumbrado a la brisa del mar y al agua del lago. Dijo: "La Torre Yueyang es un lugar hermoso, y las montañas y los ríos aquí hacen que la gente se demore".
En el barco, bebimos vino y disfrutamos del hermoso paisaje. Cuando estábamos a punto de irnos, el anciano sacó una toalla de tela limpia de la canasta y limpió el vaso. Nos dijo: "Yo mismo tejí esta toalla y es muy limpia para limpiar copas de vino". Nos sorprendió mucho que este anciano no sólo pudiera beber, sino también tejer.
Cuando volvimos a la orilla, el sol se había puesto y el cielo estaba teñido de dorado. Después de despedirnos del anciano, nuestros corazones se llenaron de gratitud y alegría. Este viaje me hizo sentir profundamente la belleza y singularidad de la Torre Yueyang. Aquí no sólo hay hermosos paisajes y edificios, sino también gente cálida y hospitalaria. Me enamoré profundamente de este lugar y espero volver aquí algún día para experimentar su belleza y encanto.
Lo anterior es la continuación de la traducción de Yuan Zhongdao de "Un viaje a la Torre Yueyang". Espero que le resulte útil. Para obtener más información, se recomienda consultar literatura relevante o consultar a un traductor profesional.