Primero, la neutralidad diaria manda. Cuando era niño, cada vez que comía, mis padres me decían que no balanceara los palillos en el plato al comer, que no abriera la boca cuando no pudiera alcanzarla y que no golpeara el tazón o el plato con los palillos. Cuando sirva agua para otros, no apunte el pico hacia los demás; tome la iniciativa de saludar cuando se encuentre con los mayores... Pensándolo bien ahora, aunque hay muchas reglas complicadas, han sentado las bases de la "etiqueta" para que te lleves bien con los demás en el futuro.
En segundo lugar, cultivar la ética en el trabajo. Porque cuando era joven, me estaba poniendo al día con la cuota del hogar. Para que la familia pudiera vivir una vida mejor, mis padres a menudo se iban temprano y regresaban tarde. ¿Tienes abuelos que te ayuden a cuidar de la familia? Mis padres hicieron que mi hermano y yo ayudáramos a hervir agua, enjuagar ollas, lavar platos, barrer el piso y alimentar a las gallinas y los cerdos. Quizás tuvieron que hacerlo en su momento, pero nos hizo desarrollar el hábito del ahorro. "La pereza es la raíz de todos los males." Innumerables hechos han demostrado que los perezosos rara vez se extravían.
En tercer lugar, darle sentido a la vida. Recuerdo una vez que estaba cocinando bollos al vapor en casa, mi hermano y yo ayudamos a mi madre a encender el fuego. Para hacer el fuego más intenso, seguimos poniendo las mazorcas de maíz en la estufa con cuidado. Como resultado, el humo en la cocina se volvió cada vez más denso. Cuando mi madre se enteró, sacó un poco de leña de la estufa, pero el fuego se hacía cada vez más fuerte. Entonces mi madre dijo algo que nunca olvidaré en mi vida: "Sé honesto y quema el fuego en lo alto de tu cabeza".
4. Hablar del ideal en metáfora. Una vez mis padres me preguntaron qué queríamos ser mi hermano y yo cuando fuéramos mayores. Cuando dije que quería ser soldado, me animaron y dijeron: "Una buena persona debe ser ambiciosa en todos los sentidos". Verás, las gallinas y las águilas son aves, pero las gallinas solo correrán por el jardín cuando crezcan, mientras que las águilas pueden volar en el cielo y ver más lejos cuando crezcan. La vívida metáfora me guía a añorar mi propio cielo. Cuando crecí, me uní al ejército, aprobé el examen, encontré un trabajo y me convertí en un "águila" a los ojos de mis padres.
Los padres no necesitan teorías avanzadas ni habilidades deliberadas para educar a sus hijos. Sólo necesitan regar en la vida diaria, humedeciendo las cosas en silencio.