Sin embargo, la noticia también mencionó un problema: a principios de septiembre se sospechaba que la vacuna tenía efectos secundarios graves. Según informes de los medios, durante los ensayos clínicos, los participantes vacunados experimentaron diversos grados de fatiga, dolor de cabeza, escalofríos y dolores musculares. Algunos participantes desarrollaron fiebre y algunos incluso desarrollaron fiebre alta. Durante la segunda fase del ensayo, un participante experimentó efectos secundarios graves después de recibir la vacuna. Los efectos secundarios incluyeron fiebre alta y otros síntomas, y el equipo de investigación detuvo urgentemente esta fase del ensayo, pero AstraZeneca reanudó el ensayo después de anunciar que la vacuna había sido certificada por el comité de investigación independiente del Reino Unido. Hasta el momento no se han reportado efectos secundarios graves.
La vacuna contra la COVID-19 es una vacuna inactivada. El virus se analiza, cultiva y multiplica para estimular la respuesta inmunitaria del cuerpo humano eliminando la capacidad del virus para replicarse e infectar. El desarrollo de vacunas requiere una gran cantidad de investigación científica y meticulosos experimentos por fases. La vacuna actual contra la COVID-19 tiene efectos secundarios como fiebre, dolor de cabeza, fatiga, dolores musculares y escalofríos, pero la seguridad general sigue siendo muy alta. La probabilidad de sufrir efectos secundarios graves es extremadamente baja y la mayoría de los adultos sólo tendrán efectos secundarios leves o incluso ningún efecto secundario después de recibir la vacuna. En la actualidad, la epidemia de COVID-19 está mostrando una fuerte tendencia de recuperación, y la aparición de vacunas proporcionará la forma más eficaz para que la humanidad luche contra la epidemia de COVID-19.