En primer lugar, los padres no deben mimar demasiado a sus hijos. Muchos padres envuelven a sus hijos en la boca y los sostienen en las manos como si fueran tesoros. Tienen miedo de derretirse y sostenerse en sus manos, por eso siempre son muy duros con los niños. Incluso si el niño comete un error, no está dispuesto a castigarlo con una sonrisa. Siempre dejarán que sus hijos vivan bajo su paraguas protector y les ayudarán a eliminar todos los obstáculos del camino. Pero este enfoque sólo hará que el niño sea inútil, una flor en el invernadero, incapaz de soportar los altibajos y sin sentido de responsabilidad cuando crezca. Quieren darse por vencidos cuando encuentran contratiempos y dificultades. No tienen capacidad para resolver problemas. No tendrán responsabilidades ni un buen futuro.
En segundo lugar, si los padres quieren que sus hijos tengan un buen futuro, deben tener una visión a largo plazo. No hay padres en el mundo que no amen a sus hijos, pero también deben prestar atención a los métodos a la hora de amar a sus hijos. Si los padres siempre no están dispuestos a dejar que sus hijos pasen por altibajos, todo estará frente a ellos, lo que dificultará que los niños sobrevivan y les resultará difícil afianzarse en la sociedad cuando crezcan. Por lo tanto, si los padres quieren que sus hijos sean útiles, deben decidirse a dejar que sus hijos aprendan a vivir de forma independiente.
En tercer lugar, los padres deben estar decididos a dejar que sus hijos experimenten reveses. ¿Cómo puede cada niño ver el arcoíris sin experimentar altibajos? Es normal que todos tengamos altibajos en la vida. Si los padres siempre son reacios a dejar ir y dejar que sus hijos salgan y experimenten reveses, puede que todo transcurra sin problemas en la primera mitad de la vida, pero cuando los padres envejecen, los niños experimentarán reveses tarde o temprano, y los reveses en ese momento El tiempo será aún más insoportable para los niños. La crueldad de los padres no es que no tomen en serio a sus hijos, sino que no sienten lástima por las pequeñas cosas de la vida. Deben utilizar algunas pequeñas cosas de la vida para perfeccionar a sus hijos, de modo que cuando enfrenten grandes dificultades, avancen con valentía.